Los sensores de nivel detectan la presencia y cantidad de un fluido mediante diversas tecnologías, como el principio de flotación, la conductividad eléctrica o métodos capacitivos y ultrasónicos. Por ejemplo, los sensores de nivel de flotador aprovechan el cambio de posición de un elemento flotante para activar una señal, mientras que los sensores de nivel ATEX están diseñados para entornos con riesgo de explosión.